algo para considerar
junio 18th, 2007México: la migración, obstáculo para el desarrollo humano
El programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) define al índice de desarrollo humano (idh) como el «proceso por el que una sociedad mejora las condiciones de vida de sus ciudadanos por medio de un incremento de los bienes con los que puede cubrir sus necesidades básicas y complementarias y de la creación de un entorno en el que se respeten los derechos humanos de todos ellos».
Los altos niveles de migración que presenta nuestro país significan un riesgo real para no conseguir avances significativos en dicha materia, advirtió la dependencia de las Naciones Unidas.
México ocupó el lugar 53 en el más reciente informe del PNUD sobre desarrollo humano, debajo de naciones como Argentina (36), Chile (38), Uruguay (43), Costa Rica (48) y Cuba (50).
Una de las razones de que nuestro país se mantenga a media tabla de esta clasificación podría ser su condición de nación expulsora de trabajadores, lo cual provoca una aguda «pérdida de potencial de crecimiento a largo plazo».
Si bien la remesas de jornaleros, obreros y demás personas que huyen a Estados Unidos para buscar mejores condiciones de vida son de suma importancia para la nación, sobre todo a escala local, no compensan la profunda merma de mano de obra.
De acuerdo con Luis Felipe López Calva, especialista del PNUD, en la actualidad hay unos 11 millones de mexicanos trabajando en Estados Unidos. Esto significa que las zonas expulsoras dejan ir a su mejor gente, capital humano valioso. Para la dependencia de la ONU, la gente que emigra «no es la más pobre ni la que está desempleada, es la que tiene ciertos recursos para hacerlo», gente en general bien calificada para labores del campo, servicios o en la industria de la manufactura, y profesionistas bien preparados, que tanta falta hacen en el país.
Por si fuera poco, el PNUD alertó sobre la carga fiscal que a futuro provocará el regreso de mexicanos cuando, al término de su edad productiva, requieran de servicios de salud y de retiro «sin haber contribuido a los sistemas de seguridad social en México».
No hay que perder de vista que, en cambio, estos millones de trabajadores mexicanos que laboran allende la frontera norte aportan entre 10 y 15 por ciento de los fondos de reservas del sistema de seguridad social estadunidense, que según un análisis del Grupo Financiero Bancomer ascendieron en 2004 a 658 millones de dólares.
Lamentablemente, la gran mayoría de la gente que da dinero para esos fondos no podrá usar ningún servicio social, por su condición de indocumentada.
López Calva señaló que una de las conclusiones del tercer informe del índice de desarrollo humano, que se presentará este lunes, es que «hay un estancamiento en el componente de ingreso en los estados, sobre todo los que tienen un componente rural de subsistencia» (en referencia al incremento que sobre las personas en pobreza alimentaria registró el Consejo Nacional de Evaluación, Coneval, en 2005), fenómeno que se da particularmente en entidades expulsoras de mano de obra.
En resumen, con el nivel de migración que registra el país (en los últimos 5 años salieron 3.5 millones de personas) se pierde capacidad fiscal y productiva, local, «y entonces es simplemente una comunidad que vive de transferencias, pero al perder a esta gente que es productiva, las regiones pierden capacidad de crecer a largo plazo».
Para el PNUD, una manera de frenar la migración y, por ende, de prevenir los problemas que se presentarán de seguir así, es promover «políticas de desarrollo local», que permitan a sus habitantes encontrar un nivel de vida digno, cuando menos.
Es claro que las advertencias del PNUD no son para tomarlas a la ligera. En este sentido, sería deseable que los gobiernos federal, estatales y municipales consideraran dichas alertas y llevaran a cabo las medidas necesarias para retener a esa parte esencial de su gente.
Nota editorial tomada del periódico La Jornada México D.F. lunes 18 de junio del año 2007