La vida regida por el ridí­culo :: Todo se puede en México…

La vida regida por el ridí­culo

recomendaciones cinematográficas

enero 15th, 2007

Crónica de familia (Diego López) 1986

El lugar sin límites (Arturo Ripstein) 1978

Crónica de Familia es una película que empezó esa reivindicación del cine mexicano a mediados de los años ochenta, una película verdaderamente experimental, independiente, cuando hacer cine no era difícil, sino de verdad, una misión imposible.

Gran película de Diego López, con un reparto bastante interesante con Ernesto Gómez Cruz y Fernando Balzaretti, Alfonso André (baterista de bandas mexicanas como Las Insólitas Imágenes de Aurora, de Caifanes, Jaguares, La Barranca, para mayores referencias) una Claudia Ramírez que de la incipiente carrera de modelo dio un salto mortal al cine y que le abriría las puertas a otras producciones como Sólo con tu Pareja (Alfonso Cuarón, 1991).

Película de culto, con excelentes actuaciones, una gran fotografía, el sonido directo un poco defectuoso, pero, en sí, sería el único pormenor de la entrega.

Una cinta muy recomendable, para todos aquellos cinéfilos que no hayan tenido la oportunidad de tener contacto con este largometraje que representa, plenamente, al cine independiente mexicano, porque ahora, el calificativo de ‘independiente’ es más un eslogan de marketing que una característica sobre la producción.

Igual podríamos decir de El lugar sin límites largometraje de Arturo Risptein, uno de los directores menos apreciados pero en mi opinión, más importantes del cine mexicano de los últimos 40 años.

Arturo Ripstein ha sido de esos directores que dentro de la industria ha tenido que picar piedra, fue asistente de producción de Luis Buñuel en la película El Ángel Exterminador, 1962; y si no hubiera sido por su recia terquedad no se hubieran abierto todas las puertas que actualmente existen para todos los nuevos directores mexicanos que están dentro de la escena nacional e internacional.

Actuaciones magnificas de Roberto Cobo ‘Calambres’ (el personaje de El Jaibo en la película de Los Olvidados, Luis Buñuel, 1950) una Lucha Villa excelente en su papel de dueña de prostíbulo, y con Gonzalo Vega que hacía sus primeras apariciones estelares en el cine nacional.

Sin duda El Lugar sin límites hizo y ha hecho escuela dentro del cine mexicano, una película que no podemos dejar de lado, una película sobrecogedora con un gran contenido artístico, con un lenguaje bien diferenciado.

Que las disfruten.

P.F.

recomendaciones cinematográficas

enero 8th, 2007

Para este comienzo del año 2007 vamos a abrir la lista de recomendaciones con 2 películas clásicas

Último tango en París (Bernardo Bertolucci) 1972

Once upon a time in America (Sergio Leone) 1984

Dos directores reconocidos, podríamos catalogarlos como monstruos de la cinematografía contemporánea.

Bernardo Bertolucci saltó a la fama con esta gran película, oscura, de alto contenido dramático aunque bella en su desarrollo, estéticamente puso la muestra de un nuevo cine que se empezaría a realizar a principios de los años setenta. Una historia de amor malogrado, de desamor intenso, con unas actuaciones redondas tanto de Marlon Brando como de Maria Schneider, esta película se ha convertido en un antecedente imprescindible para algunos realizadores como, por ejemplo, Adrian Lyne (Nueve semanas y media 1986).

Poseedora de una fotografía muy bien lograda, Último tango en París sin duda es una de las películas que todos los nuevos cinéfilos están, de alguna manera, obligados a ver.

Por otro lado, Sergio Leone, el padre del famoso estilo ‘Spaghetti Western’, director de películas aclamadas como, Por un puñado de dólares (1964 ) ó El bueno, el malo y el feo (1966) hace una película soberbia sobre el nacimiento de la mafia italiana en Estados Unidos, con unas actuaciones excelentes de Robert DeNiro y James Woods es, sin lugar a equivocarme, una de las mejores películas sobre la mafia que se haya hecho en los últimos 25 años.

Con una ambientación y diseño de producción impresionantes, una fotografía para destacar, es una película que nos muestra cómo un director puede ‘desligarse’ o ‘desencasillarse’ de un estilo que ya le había dado fama. Todo por buscar una nueva propuesta, un nuevo lenguaje para compartir con sus seguidores.

Es esa capacidad para reinventarse como director lo que Sergio Leone nos presume con esta extraordinaria entrega.

Aunque la mejor opinión siempre será la de ustedes, ojalá las disfruten.

P.F.

recomendaciones cinematográficas

diciembre 14th, 2006

recomendaciones cinematográficas

Rumble Fish (Francis Ford Coppola) 1983

Wild Heart (David Lynch) 1990

Cuando vi por primera vez la película Rumble Fish, fue en el año de 1987. Aquí en México la ‘rebautizaron’ con el nombre de ‘la ley de la calle’ (sic), fue la primera vez que comprendí claramente la diferencia entre el cine que de manera común llamamos comercial y el cine de arte, que ahora se empieza a llamar ‘cine de autor’.

Que película tan extrañamente linda de Francis Ford Coppola, filmada en blanco y negro, con actuaciones sólidas de unos jóvenes Matt Dillon, Mickey Rourke y Diane Lane.

La película es un ‘divertimento’ de film noir de este gran director que admiro tanto, aunque, desafortunadamente, a veces su trabajo, su incursión en la producción ha sido de altibajos, de inconsistencias.

Pero esta entrega sin duda nos ofrecerá una cara distinta de este director, para mi, por momentos se quedó atrapado por la fama de sus películas The Godfather I (1972) y II (1974) y Apocalypse Now(1979).

De la gran película Wild Heart qué puedo decir. David Lynch, para mi, es otro monstruo de la cinematografía mundial. Ya en la primera lista de recomendaciones aparece su entrega (en mi opinión, la mejor) Blue Velvet. Esta es su segunda aparición y seguramente regresará con otras sorpresas, pues todavía queda mucho de él por recomendar.

Sólo tendría que opinar sobre esta película que es perturbadoramente bella e intensa, que me hace entender todo el genio magnifico de Lynch, poseedor de un ‘ojo mágico’ y que, sin duda, sabe cómo ‘jalar los hilos’ para llamar nuestra atención.

Pero, como siempre, la mejor opinión es la de ustedes.

Que las disfruten.

P.F.

recomendaciones cinematográficas

noviembre 27th, 2006

recomendaciones cinematográficas

Sólo con tu pareja (Alfonso Cuarón) 1991

A Little Princess (Alfonso Cuarón) 1995

Esta semana voy a recomendar, con el pretexto del estreno del nuevo filme de Alfonso Cuarón, Children of Men, su opera prima Sólo con tu pareja y su primer película hecha para el mercado de Hollywood, A Little Princess.

Alfonso Cuarón nació en la ciudad de México en el año de 1961, cineasta de formación autodidacta (lo corrieron del CUEC) estuvo trabajando para la televisión comercial hasta que, junto con su hermano Carlos Cuarón, coescribieron y dirigió su primer largo Sólo con tu pareja, historia fársica de humor negro que trata algunos aspectos sobre las consecuencias que se tienen al ser cero positivo.

Con esta película se inauguró una de las colaboraciones artísticas más interesantes de los últimos años en el cine mexicano; la de Alfonso Cuarón y la de Emmanuel Lubezki que para mí, actualmente, es uno de los mejores fotógrafos cinematográficos, no sólo en México, sino en el mundo. Ha colaborado con directores de la talla de Tim Burton (Sleppy Hollow,1999) o Terrence Malik (The New World, 2005).

Sólo con tu pareja es la película parte aguas de lo que ahora se ha llamado ‘el nuevo cine mexicano’, pero lo que es verdad, es que esta película imprimió todo un nuevo estilo, un lenguaje estético que marcaría la pauta para realizadores mexicanos posteriores como sería el caso, por ejemplo, de Alejandro González Inárritu con su gran película conocida por todos amores perros.

El trabajo de Cuarón en A Little Princess se destaca por el hecho de dirigir por encargo una película eminentemente para el público infantil; pero lo hace de manera limpia y respetando su estilo, logrando un producto aceptable, con calidad artística, y que le valió le abrieran las puertas para trabajos posteriores y hasta cierto punto de mucho mayor importancia como Great Expectations, (1998) ó Harry Potter and the Prisoner of Askaban, (2004).

Estas primeras entregas de Alfonso Cuarón nos pueden dar un punto de referencia de hasta donde ha podido avanzar en su carrera cinematográfica y hasta donde podría llegar. Sin duda, lejos.

Que las disfruten.

P.F.

una experiencia culinaria distinta, tentadora?

noviembre 23rd, 2006

Atendido por ciegos, Unsicht-Bar, en Colonia, Alemania, ofrece esa experiencia única

Comer a oscuras, vivencia sensorial que intensifica el placer del sabor
Idea del sicólogo Axel Rudolph, el restaurante abre al público el mágico mundo de los invidentes

El menú presenta los platillos a manera de adivinanzas; hay el vegetariano, de aves y cordero

EVA USI ESPECIAL

Berlín, 22 de noviembre. Nada de espectacular tiene la fachada que revele lo especial del local. Sólo el nombre Unsicht-Bar, juego de palabras que significa invisible, despierta la curiosidad. Al acercarse a la recepción se encuentra uno ante un menú que parece un acertijo. «Escarbar la tierra con las manos en el jardín de hortalizas de la abuela.» A manera de adivinanzas se presentan los platillos de seis menús a elegir: vegetariano, de queso, aves, mariscos o cordero. Por si no fuera suficiente misterio, también se puede optar por el menú sorpresa.

El restaurante de Colonia sirve a sus comensales en absoluta oscuridad. El lugar promete una experiencia única en el mundo sensorial del invidente, que estimula la fantasía e intensifica la percepción de los sabores, los olores, el tacto y el sonido. Es pionero en la llamada gastronomía vivencial, que experimenta auge en Alemania y otros países de Europa. Desde que abrió sus puertas, en 2001, han seguido su ejemplo otros restaurantes en Berlín, Hamburgo, y también en Austria y Suiza.

La idea fue del sicólogo Axel Rudolph, quien entró en contacto con el mundo de los ciegos al investigar la influencia de los sonidos en el comportamiento del consumidor, su tesis doctoral hace años. «Desarrollan otros sentidos como el oído, pero también el olfato y el tacto. Eso les permite hacerse muy rápidamente la idea de un lugar o de la situación que viven, cuántas personas hay, si el ambiente es agresivo o hay buenos ánimos», dice Rudolph para La Jornada.

El empresario trabajó de diseñador de sonido en distintas exposiciones para organizaciones de ciegos y, junto con Andreas Heinecke, desarrolló el concepto de la muestra Diálogo en la Oscuridad, que desde 1989 ha sido expuesta en 70 ciudades europeas y se exhibe actualmente en el Museo del Papalote, en México.

Trastoca la realidad

Igual que la exposición, el restaurante Unsicht-Bar trastoca la realidad abriendo al público la posibilidad de percibir el mágico mundo de los ciegos, que en Colonia son protagonistas. Son guías y acompañantes de los comensales en su aventura en las tinieblas, intercambiando papeles con ellos. Según Rudolph, inicialmente la gente tiene temores al llegar. «Con días de anticipación piensan cómo será comer en la oscuridad, si será mejor ponerse ropa vieja por si se manchan, pero luego descubren que es mucho más fácil de lo que se imaginaban. Salen eufóricos», dice.

Nuestra mesera es una joven menuda de origen turco que sube y baja escaleras con gran agilidad. Sus enormes ojos negros no revelan la deficiencia visual que tiene. Al hablar fija la mirada en su interlocutor. Se llama Ceva y da indicaciones antes de penetrar al salón: «Prohibido fumar, usar encendedores, celulares o relojes digitales. En la absoluta oscuridad la pupila es tan grande como el iris y el mínimo estímulo de luz puede lastimar la vista». Los meseros que trabajan aquí, siete personas, tienen ceguera total o parcial.

En fila india y tomados de la mano entramos a la negrura total a través de una cámara con dos puertas que hace la función de esclusa. Adentro uno se sumerge en un mar negro y sonoro. Anda a tientas, midiendo cada paso. Al perder la visión el oído crece, trata de atrapar ruidos al vuelo, un concierto de platos y cubiertos, de voces y risas lejanas. Mesa 10, al llegar nuestra guía lleva nuestras manos a unas sillas.

No son murmullos en la oscuridad lo que se escucha, como uno esperaría. Uno alza la voz, grita al hablar. Ceva anuncia las bebidas, que coloca sobre la una de un reloj imaginario, que es el plato. La comunicación, además de verbal, es con las manos. «¿Dónde estás?», pregunta mi acompañante, que busca mi mano para brindar. Ceva trae un plato rebosante de ensalada que coloca ante mí. Elegí el menú vegetariano pensando en que es lo más difícil de preparar sin ser aburrido. Para mi sorpresa cada bocado es un estallido de sabor, cada uno diferente y más intenso que el anterior. Reconozco el sabor de un corazón de alcachofa, de pepitas de calabaza.

La cena es exquisita. «La comida tiene una preparación sencilla y natural, es de orientación integral», dice Ceva. La experiencia culinaria y sensorial se presta para ocasiones especiales. El lugar ofrece cenas empresariales, despedidas de solteros, y ahora cena de Navidad y Año Nuevo, pero hay que reservar con meses de antelación; tiene localidades agotadas hasta fin de año.

Programa especial para solteros

El restaurante de Berlín ofrece un programa especial para solteros los miércoles y viernes: La verdadera cita a ciegas. Se ha vuelto imán de hombres y mujeres que se encuentran a oscuras sin conocerse y, si se caen bien, continúan la velada en el contiguo Frühling-Bar  ­Bar Primavera ­, donde pueden verse por primera vez.

«Hemos tenido de todo», cuenta Ceva. «También aquí hay cita a ciegas y no faltan las anécdotas, pues a veces no funcionan; entonces ayudamos a salir a la persona, si lo desea, en anonimato.»

Hay que llamar a Ceva para que nos lleve nuevamente al mundo visual. La experiencia ha sido un sabor apenas de lo que es la ceguera, palabra que tiene connotación negativa, sinónimo de ignorancia y desorientación: amor ciego, tomar una decisión a ciegas, odio ciego, etcétera. Tampoco los ciegos son necesariamente minusválidos que merecen compasión, pero sí se encuentran excluidos de una sociedad dominada por imágenes.

Ayudan a superar miedos

Se estima que en Alemania viven unas 700 mil personas ciegas o con deficiencia visual grave. Sólo 30 por ciento trabajan y llevan una vida más o menos normal. Los meseros del Unsicht-Bar se encuentran en este grupo. Son también sicólogos que ayudan a los comensales a superar sus miedos. «A veces tengo que tomarlos de la mano, describirles el lugar donde están, o inclusive abrazarlos y darles ánimos. Por lo general funciona; después se ríen y salen encantados», dice Ceva.

«Los ciegos son capaces de hacer mucho más de lo que suponemos; siempre me sorprenden», explica Rudolph y recuerda a uno de los meseros que, sin recurrir a ningún instructivo, es capaz de reparar cualquier aparato eléctrico. La mayoría no viven en Colonia y tardan horas en ir y volver a su casa. «Necesitan aproximadamente una semana para aprender el camino de la puerta de su casa hasta el restaurante y de regreso. Tienen una increíble habilidad para reconocer el camino a través del tamaño de las aceras, del borde de una esquina, para reconocer una bicicleta en el camino. Ya están acostumbrados a ser autosuficientes.»

Rudolph ha vendido el restaurante colonés y busca nuevos desafíos en ultramar. Habla español y le gustaría abrir un restaurante en México, busca un socio. Tal vez alguien que entienda esa frase de Antoine de Saint-Exupéry: Sólo se ve bien con el corazón; lo esencial es invisible para los ojos.

Para mayor información: [email protected], http://www.unsicht-bar.com

Artículo tomado del periódico La Jornada, México, D.F. 23 de noviembre del año 2006

there is a light that never goes out

noviembre 22nd, 2006

Ringleader of the tormentors

Todos estamos a la expectativa, no sabemos de bien a bien qué es lo que va a pasar.

Aunque sí.

La agonía parece inacabable, como si cada segundo pesara tres toneladas.

Algunos hemos esperado por veinte años la posibilidad de ver a Morrissey en vivo, en persona.

Y la hora ha llegado…

Kristeen Young abre el concierto con voz poderosa, teclado con programaciones, un baterista la acompaña.

Tiene la valentía de ser la telonera de una leyenda viviente de la historia del rock y verdaderamente no es fácil, pero su estilo y su música logran domarnos, amansarnos por 40 minutos.

Todos escuchamos respetuosamente a la recomendada del Maestro y ella ejecuta con precisión y seguridad su performance, sabiendo de antemano que a algunos, si no es que a todos, la impaciencia nos quema al rojo vivo.

Kristeen se despide, hay ovaciones, más que por su música, para premiar su coraje.

Una serie de videos es proyectada en una tela que sirve como pantalla y de fondo de escenario. Desfilan New York Dolls, Brigite Bardot, y desde luego James Dean…

La expectativa va creciendo, todos empiezan a corear su nombre para animarlo a salir, de repente las luces se apagan y estalla la muchedumbre con una emoción que hace que el vello de la piel se erice, los músicos empiezan a tocar los conocidos acordes de William…y el público explota, literalmente.

Es un concierto fantástico que cumple mis más exigentes expectativas, material propio sólo de los sueños. Guadalajara, hasta hace relativamente poco, no se había distinguido por recibir a grupos de rock de cierta importancia, sólo el DF siempre se había engalanado con la visita de los grupos o solistas más solicitados de la escena, pero Guanatos parece que se va despertando, se van abriendo espacios más propicios para poder disfrutar de espectáculos de primera línea, como el concierto del Maestro Stephen Patrick Morrissey.

Un sueño hecho realidad para muchos de sus seguidores. Verdaderamente el Maestro sabe su negocio y explota sus atributos de la mejor manera posible, su voz maravillosa parece que se resiste a envejecer, la teatralidad de sus movimientos, de utilizar el cable del micrófono cual si fuera un látigo para ‘castigarnos’ ya que, actualmente, él es ‘the ringleader of the tormentors’.

Me encanta el desparpajo con el que ejecuta su vocación oculta de desnudista.

El concierto dura aproximadamente 1:20 min de tiempo intenso. Sin muchas concesiones, ni demasiados aspavientos Morrissey acepta regresar para tocar dos piezas más. Se despide prometiendo regresar pronto.

(pull)Me quedo sin aliento, la garganta me duele de tanto gritar(/pull), siento entumecido el oído interno, pero una sensación extrañamente palcentera, que algunos médicos atribuirían a las endorfinas, es lo que siento desde los dedos de los pies hasta la punta del cabello. Esa noche otra vez no podré dormir pero será el insomnio más placentero que he tenido desde hace, no sé, mucho tiempo.

Es lo que me deja este concierto. La sensación de reconocerme vivo.

Estoy pasmado, incrédulo hasta de mi propio asombro. Sin palabras.

Excelente

Maravilloso…

Porque

‘there is a Light that never goes out’

P.F.

recomendaciones cinematográficas

noviembre 16th, 2006

Las recomendaciones cinematográficas para esta semana son

Exótica (Atom Egoyan) 1994

Lost in Translation (Sofia Coppola)2003

Esta semana recomendaremos películas muy ‘visuales’ y que, además, cuentan con un gran soundtrack.

Atom Egoyan es considerado uno de los pilares del cine independiente de los últimos 15 años. Director nacido en Egipto pero con residencia en Canadá, se destaca por la impecable composición visual de sus películas. En Exótica, su primer largo, deja de manifiesto esta característica que encontraremos en sus trabajos posteriores, una fotografía creadora de atmósferas y una edición ordenada. Ganador del premio de la crítica en el festival de Cannes en 1994.

Sofía Coppola se ha estado construyendo una carrera sólida, completamente desligada del trabajo de su padre. En esta su segundo largo, Lost in translation, pone de manifiesto un estilo completamente personal que ya había intentado en The virgins suicides (1999) pero que aquí logra consolidarlo, película de pocos diálogos, muy sugestiva visualmente, Sofía nos atrapa desde el primer instante con una película llena de un sordo dramatismo, sin caer en recursos maniqueístas. Ganadora del oscar al mejor guión original y nominada como mejor directora.
Una entrega que le augura un buen futuro y que, sin duda, vale la pena verse.

Aunque la mejor opinión es la de ustedes. Ojalá les gusten.

P.F.

recomendaciones cinematográficas

noviembre 9th, 2006

recomendaciones cinematográficas

Barry Lyndon (Stanley Kubrick) 1975

Eyes Wide Shut ‘Ojos bien cerrados’ (Stanley Kubrick) 1999

En esta ocasión me gustaría recomendar dos películas de este gran director que admiro tanto que es Stanley Kubrick.

Ambas se destacan por su extraordinaria fotografía, que para mi, es de lo que más disfruto cuando voy al cine.

Barry Lyndon es una de las películas más hermosas, mejor filmadas que haya podido ver. Es importante decir que esta película fue producida en 1975 pero a pesar de que los adelantos técnicos a nivel de fotografía no son lo que pueden ser hoy, esta película rebasa, por mucho, muchas de las producciones actuales que cuentan con muchos más recursos técnicos y económicos.

Pero era de esperar, ya que Stanley Kubrick siempre se destacó por una exigencia máxima en cuanto a la filmación de sus películas, exagerado preciosista, monstruo cinematográfico innegable, Kubrick se hizo un espacio en la historia del cine, y sobre todo con esta película se convirtió en un pilar en cuanto a los adelantos en los recursos fotográficos.

Eyes Wide Shut fue su última película. Nunca pudo verla estrenada, no pudo participar plenamente en la post producción de la misma, pero su dirección se nota, se hace presente, sobre todo en la interpretación y desempeño de los actores que todos conocemos bien: Nicole Kidman y Tom Cruise. Para mi, en mi muy humilde opinión Tom Cruise tiene 2 actuaciones que son las mejores de toda su carrera: Eyes Wide Shut y Magnolia de Paul Thomas Anderson, curiosamente también del año de 1999. Aunque esta película será más ampliamente descrita en la lista de recomendaciones futuras.

Pero, como siempre, la mejor opinión siempre será la de ustedes, que las disfruten.

P.F.

recomendaciones cinematográficas

octubre 30th, 2006

Recomendaciones Cinematográficas

El exilio de Gardel ‘Tangos’ (Fernando Solanas) 1985

El Lado Oscuro del Corazón (Eliseo Subiela) 1992

Esta semana la lista de recomendaciones se engalana con dos propuestas muy interesantes del cine Latinoamericano, particularmente argentino.

Nuestra primera recomendación El exilio de Gardel es una película que tiene un estilo muy particular, muy teatral, donde Fernando Solanas, con gran maestría nos muestra todos los problemas y contratiempos que tienen unos inmigrantes ilegales en París debido a la dictadura de finales de los años setenta en Argentina.

A la vez, una parte de estos inmigrantes se dedican al teatro y la película trata también de los preparativos de una puesta en escena que ellos bautizan como ‘tanguedia’. Gran música de Astor Piazzola , una excelente fotografía, es una película que sin duda va a gustar

El lado Oscuro del Corazón de Eliseo Subiela para mi es una de las películas más interesantes y mejor logradas que he visto de algún director latinoamericano, es una propuesta que juega con ese ‘realismo mágico’ tan de moda hoy en día, ese jugar con la mezcla de la realidad y la ficción que al final da como resultado una verdadera innovación en lo que se refiere al la forma de contar el argumento de la película. Las actuaciones son excelentes, la fotografía es para destacar y el guión de la película cautivara a más de algún curioso que guste de leer autores como Oliverio Girondo, Mario Benedetti o Juan Gelman. Eliseo Subiela también es el director de ‘Un hombre mirando al Sudeste (1986)’.

Espero que las disfruten. Aunque la mejor opinión siempre será la de ustedes.

P.F.

un sueño

octubre 26th, 2006

  

  

Han llegado, puedo sentirlos, su frío, su dolor, su soledad. Me despiertan con una caricia en el hombro Ya son más de las doce, me informan. Abro los ojos con algo de dificultad y los veo flotando, ahí, a un lado de la cama. Han llegado, han llegado para darme un mensaje desde la otra frontera, han venido para decirme que mis muertos están preocupados, que están inquietos porque me estoy acercando peligrosamente a los límites. Me hablan en una lengua desconocida pero que sin embargo comprendo perfectamente. Me siento a la orilla de la cama para verlos mejor, me tallo los ojos para verificar que estos no me engañan. Los espectros me son completamente desconocidos, ni por asomo logro identificarlos; quiénes podrán ser. No puedo evitar relacionar esta aparición con Dickens. No dejo de sentirme un Scrooge víctima de los tres espíritus de la navidad, aunque, estos que hoy han venido son cinco.

  

Uno de ellos trae un portafolios que abre para darme un cilindro que supongo es de metal, pero cuando lo pone en mis manos siento que me quema como hielo. Pienso que es un telescopio, más bien es como un caleidoscopio. A señas el espectro me pide que vea a través del ocular, y en ese momento pude observar con asombro todos los momentos felices de mi vida, los más felices, llenos de completa plenitud y alegría, absolutamente todos. Me quedo sin habla, pasmado antes esos momentos, algunos ya enterrados en el cementerio del olvido, de la sin memoria. Me siento completamente sobrecogido por esas visiones, por la presencia de estos mensajeros, me quedo sin gritos. Apenas un pequeño escalofrío, que se asemeja más a un temblor, hace estremecer los rincones más escondidos de mi piel, las lágrimas salen como gotas de una estalactita de invierno fundiéndose en pleno deshielo.

  

No, no puedo seguir mirando, no sé que hacer con estas visiones que los fantasmas han traído hasta aquí, dejo caer el cilindro de mis manos y se quiebra como si estuviera hecho de láminas de azúcar. Llevo las manos al rostro, trato de llorar con fuerza pero, sólo unos sollozos son capaces de abandonar mi boca. El espíritu ríe con la carcajada más terrible que mis oídos hayan conocido. En ese momento es donde el miedo se empieza a apoderar de mi, como si mi cuerpo empezara a ser escalado por un millón de hormigas.

  

Uno de los fantasmas se acerca cariñosamente y seca mis lágrimas con la punta de sus dedos sin carne al tiempo que otro, al parecer el más joven, introduce el dedo en una de las cuencas de sus ojos vacíos y obtiene un pigmento de color naranja con el cual pinta un signo desconocido en mi frente.

  

Todos me rodean, cada vez más próximos, empiezan a cerrar el cerco. Cae un rayo fuertísimo, que hace que se ilumine toda la habitación, la ciudad entera. Empieza a llover de una forma desproporcionada, los espectros ríen de mi condición indefensa.

  

  

Despierto, jadeante. Me doy cuenta que está lloviendo, los truenos y los relámpagos caen sin fin. Estoy sudando, respirando de manera acelerada, me levanto de la cama y los fantasmas no están ahí, miro a través de la ventana y veo un cielo de nubes muy bajas de color rojo intenso, pienso que nunca había visto el cielo así, jamás en mi vida, y no dejo de pensar que tal vez sea un augurio de algo que no tardará en acontecer.

  

Me quito la playera empapada de sudor, casi al grado de poder exprimirla. Acerco el vaso de agua a mis labios que siento secos, blancos. Tomo un sorbo y un reflejo de ahogo me hace toser. Voy al baño, enciendo la luz y me miro al espejo, me veo cansado. Reviso mi frente y no veo ningún signo pintado de anaranjado. Fue un sueño, todo fue un sueño, respiro, con largas pausas, aliviado.

  

Afuera sigue la lluvia, el cielo color rojo no deja de llamarme la atención, no deja de preocuparme,   aunque sea un poco. Vuelvo a la cama para tratar, otra vez, de dormir,   miro el techo unos minutos, escucho la lluvia golpeando la ventana, pienso en el sueño que acabo de tener, ciertamente extraño, no podría clasificarlo como una pesadilla, pero recordarlo, o tratar de recrearlo, me causa cierta incomodidad. Cierro los ojos, respiro profundamente, uno, aaaaaaaah, dos, aaaaaaaah, tres, aaaaaaaah, cuarenta y siete, aaaaaaaaaahh, doscientos ochenta y dos, aaaaaaaaahh, cuatrocientos cinco…

  

  

( ……………….. )

  

  

Están aquí, otra vez. Pensaba que se habían ido, pero están aquí. Siento frío, mucho frío, mis dientes castañean, trato de abrir los ojos, despertar, no quiero verlos de nuevo, no quiero volver a soñar con ellos, no puedo, no puedo despertar.

  

Abro los ojos, están ahí, aunque, solamente dos.

  

Me siento en la cama, quiero hablarles, preguntarles qué quieren, pedirles respuestas, uno de los espectros me pide a señas que guarde silencio, que no diga nada. No sé qué hacer, si levantarme y salir corriendo, (¿estoy despierto, estoy dormido, estoy muerto?) o hacer lo que me piden. Es terrible no darse cuenta qué es lo real, es la primera vez que tengo esta sensación, me siento completamente desvalido, que estoy a un resbalón de perder completamente la razón.

  

Uno de ellos me da un pequeño sobre de papel manila, lo recibo, lo abro, con más miedo que cuidado, hay algo ahí. Un dedo cercenado que tiene un anillo de compromiso puesto. Me quedo literalmente sin sangre cuando reconocí ese anillo,   yo lo había dado a alguien hace algunos años, el compromiso se había roto y aunque la persona en cuestión quiso regresármelo nunca pude aceptarlo de vuelta. ¿Para qué? Claro que no había olvidado el asunto pero con el paso del tiempo ya se había vuelto algo aceptado, algo que pertenecía al pasado. Pero en ese momento era la visión más espantosa que jamás he tenido y, además, el hecho de reconocer el dedo. Este estaba casi negro, lleno de pequeños gusanos, aunque la uña conservaba todavía el esmalte color rojo.

  

  

Cerré los ojos y otra vez el llanto no llega, se atora, otra vez el grito desaparece en el laberinto ciego de mi garganta, dejo caer el dedo sobre las sábanas, el anillo parece que me mira. Pero eso no era todo, adentro del sobre había un pequeño papel de reciclado hecho con esas hojas luminosas que caen de los árboles en el otoño. En él estaba escrito: ‘no olvides que este dedo lo cortaste, tú’
  

Verdaderamente no sabía qué hacer, ¿lo había cortado yo? ¿qué? ¿cómo? Se acerca el otro fantasma pidiéndome que no llore, qué no todo estaba perdido.

  

¿Perdido?
  

Quiero despertar pero no sé si ya lo he hecho; y si estoy despierto, quiero cerrar los ojos y dormir, soñar otra cosa, no soñar.

  

El fantasma me acerca una caja envuelta en papel para regalo, adornado con un listón negro muy brillante. Tomo la caja con más miedo que el sobre, pero también con una curiosidad irrenunciable. El espectro me sonríe como para darme confianza ¿Abro la caja? ¿La caja, realmente, está en mis manos?
  

En ese punto, la capacidad de mis reacciones emocionales o físicas se encuentran   completamente rebasadas, fuera del alcance de mi voluntad, de mis decisiones conscientes. Rompo la envoltura con descuido y desesperación, como si fuera un niño abriendo el primer regalo que recibe en su séptimo cumpleaños. Veo que el papel tiene impresas pequeñas fotografías color sepia con todos los momentos más terribles y desoladores de mi vida, de toda mi vida, toda.

  

  

El fantasma me anima para abrir la caja, pone su mano terriblemente fría en mi cabeza, como lo hace un abuelo con su nieto para demostrarle cariño. Abro la dichosa, la maldita caja. El contenido me parece completamente extraño, pero a la vez tan conocido. En su interior hay un habano, una estampa de la virgen, tres cartas del tarot que conozco bien: El Diablo, El Colgado, El Loco, una pequeña veladora, un poco de mirra, una carta del As de espadas, una botellita de aceite perfumado de jazmín, una estampa de La Mano Poderosa y del Sagrado Corazón, unos caracoles de mar, unas piedras: de jade, obsidiana y una que particularmente reconozco, era una piedra que pertenecía a una colección que tenía mi padre que, a su vez, le había regalado mi abuelo y, cuando yo era niño, por jugar con ella, la había perdido, no sé, tendría 8 o 9 años, realmente no recuerdo. Mi padre no me regañó, pero me habló de una forma que hacía evidente su decepción, como nunca lo escuché en mi vida.

  

  

Adentro también hay un papelito doblado en cuatro, papel delgado, de arroz. Tomo el papel y con resignación lo abro viendo al fantasma a los ojos. El papel dice:

  


  

                       ‘Esto que parece un sueño,
                       no lo es
                       esta caja contiene tesoros que van a protegerte
                       si es que todo lo haces bien,
                       al pie de la letra…

                       no huyas del   miedo
                       recuerda
                       este, siempre,   nos salvará la vida
  

                       Esta no será la única visita
                       prepárate
                       duerme profundamente
                       así será más fácil visitarte’
  

  

  

Abro los ojos, la luz de la mañana se cuela a través de la ventana, es otro día, llegó el día siguiente, ese que no sabemos si será el último. Me siento completamente agotado, el cuerpo me duele, me siento enfermo. Sigo acostado, tratando de reconocer los objetos de mi habitación, de digerir el sueño, o pesadilla que acababa de experimentar.

  

Todo había sido tan real, el horror nunca se había manifestado en mi como la noche anterior, qué extraño sueño, perturbador, puedo recordar los mínimos detalles, cuando normalmente en los sueños todo ocurre de manera borrosa, indefinida, donde las visiones se traslapan y se confunden y al día siguiente es casi imposible recrear todo con exactitud. No es mi caso, el sueño está aquí, permanece como una imagen capturada en una fotografía.

  

Ya, un poco más despierto, no puedo evitar reconocer un cierto olor desagradable, ácido, sutil pero constante, me pregunto con extrañeza qué es lo que puede ser. Huele como a, no sé, como si un pequeño ratón hubiera muerto debajo de la cama hace tres días. Por puro acto reflejo levanto la cabeza de la almohada y meto la mano por debajo y lo que siento me deja helado, siento que mis sienes empiezan a latir de manera desbocada.

  

Es el sobre de papel manila de mi sueño, y al tocarlo, inmediatamente sé que hay adentro, el olor es soportable pero pútrido. Meto la mano y, sí, efectivamente, el dedo con el anillo está ahí,   me levanto de un salto de la cama con un estertor de pánico, tiro el dedo hacia no sé donde.

  

‘No olvides que este dedo lo cortaste, tú’
  

No puede ser, no puede ser, no…En ese preciso instante, cuando aun tengo el corazón a punto de parar, veo que a los pies de la cama está la caja, la pequeña caja de madera como para guardar habanos y tirado en el piso los pedazos del papel de la envoltura. Me acerco, con un horror apenas soportable, pienso que estoy a punto de sufrir un ataque, pero no puedo soportar la curiosidad aplastante que me embarga y, desde luego, haciendo uso de fuerzas heroicas abro la caja y ahí está todo. las estampas, las piedras, el aceite de esencia de jazmín, las cartas del tarot, aunque la del Diablo tiene la esquina superior izquierda quemada. Suelto la carta, la caja, los caracoles estallan contra el piso, el contenido salta hacia todas partes de mi habitación.

  

  

No me queda otra más que caer de rodillas y llorar, ahora sí, llorar como nunca lo hice y nunca lo haré, con la desesperación propia de los condenados…

  

  

  

‘Esto que parece un sueño, no lo es…’
  

  

P.F.

  

  

  

  

  

  



  

  

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